La reina Isabel II del Reino Unido falleció este jueves, 8 de septiembre, a los 96 años en el Castillo de Balmoral, en Escocia.
"La Reina murió pacíficamente esta tarde en Balmoral. El Rey y la Reina consorte permanecerán esta noche en Balmoral y regresarán mañana a Londres", informó la Casa Real británica a través de su cuenta de Twitter.
Su hijo mayor, Carlos, de 73 años, se convierte de forma automática en rey de Reino Unido y en jefe de Estado de otros 14 territorios, incluidos Australia, Canadá y Nueva Zelanda mientras que Camilla Bowles, su esposa, será reina consorte.
Su familia se apresuró a estar a su lado en el castillo de Balmoral, después de que los médicos expresaran su preocupación por su salud. Desde finales del año pasado sufría lo que el Palacio de Buckingham ha calificado de "problemas de movilidad episódicos", que la habían obligado a retirarse de casi todos sus compromisos públicos.
Isabel II llegó al trono tras la muerte de su padre, el rey Jorge VI, el 6 de febrero de 1952, cuando sólo tenía 25 años.
Fue coronada en junio del año siguiente. La primera coronación televisada fue un anticipo de un nuevo mundo en el que la vida de la realeza iba a ser cada vez más escrutada por los medios de comunicación.
Isabel se convirtió en monarca en una época en la que Reino Unido aún conservaba gran parte de su antiguo imperio. Salía de los estragos de la Segunda Guerra Mundial, con el racionamiento de alimentos aún en vigor.
En las décadas siguientes, Isabel fue testigo de enormes cambios políticos y de la agitación social en su país y en el extranjero. Las tribulaciones de su propia familia, sobre todo el divorcio de Carlos y su primera esposa, Diana, se produjeron en plena luz pública.
Sin dejar de ser un símbolo duradero de estabilidad y continuidad para los británicos en una época de relativo declive económico nacional, Isabel también intentó adaptar la antigua institución de la monarquía a las exigencias de la era moderna.
"Ha conseguido modernizar y hacer evolucionar la monarquía como ninguna otra", dijo su nieto, el príncipe Guillermo en un documental de 2012.