Gimnasia es inexplicable. Es el peor ejemplo de conducta social. No se entiende que un sentimiento tan potente, una emocionalidad que alcanza registros inéditos, una pasión que propios y aún extraños definen como una religión, padezca históricamente el peor de los infortunios: la incapacidad, la falta de grandeza para lograr la unidad.
No se explica como personas que sufren, lloran, son capaces de cualquier sacrificio por esos colores y esa identidad, no sean también capaces de unirse para tirar juntos del mismo carro.
Por estos días se habla de siete listas para las próximas elecciones. El dato no solo habla de un mosaico dividido sino que mueve a una sospecha terrible: para muchos, el club es un botín de guerra. Pareciera que van por una fuente generadora de negocios, de posicionamiento social y económico.
En La Plata, dirigir Gimnasia es dirigir más de media ciudad con todo lo que ello implica.
Y lo que implica es mucho.
Alguna vez dije que Gimnasia era la mayor concentración de buscas por metro cuadrado. Y a la vista de la realidad pareciera que lo sigue siendo.
¿Por qué no hay unidad?. Porque es el reino de la sospecha. Todos desconfían de todos.
Cada apertura de libro de pases es una fiesta para representantes de jugadores que nadie quiere. Jugadores sin jerarquía, físicamente deteriorados. Esos jugadores aterrizan en Gimnasia. Es un proceso que se repite. Son fracasos que cuestan caros.
La falta de unidad dirigencial es clave para entender lo que pasa.
A lo largo de la historia Gimnasia ha sido escenario de increíbles episodios de mala administración. No hay registros de que nadie haya pagado por ellos.
Gimnasia es el peor ejemplo de conducta sobre lo que debe ser una institución que representa un sentimiento tan único, trascendente e inexplicable.
Pareciera que el amor que se destila por Gimnasia es proporcional al egoímo, la soberbia, la falta de humildad, la ambición personal que se impone entre quienes conducen la institución y quienes aspiran, casi permanentemente, a conducirla.
Nadie se salva solo. Esa frase debería estar impresa en la camiseta de los jugadores.
Capaz que así los que deben entender por dónde es, entiendan que es por ahí.
(*) Socio de Gimnasia. Periodista y creador digital. Director de Diario Full.
Nota de opinión de 12 de mayo de 2025.